La Voz de Ituzaingó aportó el tipiado y digitalización del libro, autoría de Rolando Goyaud con colaboración del profesor Ricardo Castillo.

1536-1810. ALCALDES Y CURATOS

A partir de 1776 el Cabildo de Buenos Aires comenzó a designar a los funcionarios que administrarían autoridad en la campaña. Estos cargos que cambiaron varias veces de nombre, quedaron afectados al cumplimiento de directivas e instrucciones del poder central y después de 1810, producida la emancipación de las colonias, pasaron a depender del gobierno patrio.
Originariamente entre 1766 y 1785 se los designó como funcionarios de campaña, desde 1785 recibieron el nombre de alcalde de la Santa Hermandad y a partir de un decreto del 24 de diciembre de 1821, el cargo será designado como “Juez de Paz”. La vida religiosa de la ciudad y sus alrededores era, hasta entrado el siglo XVIII, regida por los curas rectores de la Catedral de Buenos Aires.
En 1730 el Cabildo Eclesiástico de Buenos Aires elevó al gobernador Zabala, una nota en la que señalaba la conveniencia de dividir el curato ante el crecimiento de la población y la jurisdicción que atendía. El 6 de octubre de ese año, el cabildo resolvió la creación de parroquias en todos los pagos que por la distancia no podían ser atendidos desde la ciudad. Por ello quedaron conformados los siguientes curatos: primero el curato del pago de Magdalena, que comenzaba a orillas del Riachuelo, hacia el sur; segundo el curato del pago de La Matanza que incluía el pago de Las Conchas, fijando como parroquia interina la capilla de Merlo; tercero el curato del pago de la Costa o Monte Grande; cuarto el curato del pago de Luján; quinto el curato del pago de Areco y finalmente sexto el del pago de Arrecifes.
En cuanto al segundo curato, el de Matanza, debemos hacer notar que si bien los límites utilizados en aquella época resultaban un tanto imprecisos, abarcaba desde el Riachuelo hasta el Río de Las Conchas, pasando por el arroyo Morón también conocido como Cañada de Juan Ruiz o Cañada de Oliva por ser estos propietarios de chacras en sus inmediaciones.
Los ríos eran cruzados por carros con grandes ruedas. (Alberico Isola)