La Voz de Ituzaingó aportó el tipiado y digitalización del libro, autoría de Rolando Goyaud con colaboración del profesor Ricardo Castillo.

1810-1870 EVOLUCION Y DESARROLLO EN LA ZONA OESTE - EL PAGO DE MORON

En la primera mitad del siglo XIX los oratorios en la zona oeste eran escasos en proporción a la gran superficie que abarcaba el curato del pago de La Matanza. Estos estaban por lo general al cuidado de hacendados quienes solventaban su mantenimiento, aunque permanecían cerrados gran parte del año y daban misas cuando iban sus dueños.
Sus nombres eran tomados de estos hacendados, por eso se encuentra el oratorio de María del Rosario Salas ubicado en la casa que perteneciera a su esposo Diego Casero, localidad de Caseros; el de Juan Córdoba que fuera el comienzo de la parroquia de Ramos Mejía; el de Martín José Altolaguirre, localidad de Tapiales; el de Cecilio Sánchez en Rafael Castillo; el de Joaquín de Madariaga en el predio que ocupara la estancia Del Pino y se completaban con el de San Ramón, fundado por Francisco Merlo al cuidado de los padres de La Merced, el dela iglesia de los Lobos y finalmente el de la Cañada de Morón.
A principios del siglo XIX, en especial después de la Revolución de Mayo e instaurado los primeros gobiernos patrios, muchos criollos y extranjeros, dedicados estos últimos especialmente al comercio, recorrieron estas tierras dejando valiosas crónicas que nos permiten recrear el paisaje y la vida cotidiana de la pampa y sus habitantes.
Del diario de marchas de Manuel Belgrano en la campaña del ejército auxiliar del norte en 1812 extraemos:

DOCUMENTO 4“Día 25 de enero. Minutos antes de las seis de la tarde se marchó de San José de Flores…  hicimos alto por tres veces en que emplearíamos tres cuartos de hora y llegamos al punto señalado para campar llamado de la Cañada de Morón… a las once de la noche.Día 26 de enero domingo. Como a ocho cuadras de distancia al sur se halla el Pueblo de Morón en donde está la Iglesia del Curato; el que según noticias tiene de jurisdicción de Norte a Sur trece leguas y de Este a Oeste por la parte menor de cuatro a cinco, y por la mayor de seis a siete; contaba en 1810, 3.451 feligreses en 520 poblaciones; sus bautismos, un año con otro, 60; las ocupaciones de los habitantes son la labranza y el pastoreo.Se batieron las tiendas a las tres de la tarde; y nos pusimos en marcha a las cuatro y cuarto de la tarde para pasar el Puente de Márquez; llegamos a las siete y media, habiendo hecho alto dos veces para dar alivio a la gente; el tiempo amenazaba pero felizmente no ocurrió novedad, y mejorada la noche, hubo retreta con música; se cantó el himno patriótico y todos se retiraron después de un viva general por la Patria. Santo: Santo Domingo y Soriano. Celo. (Belgrano, Manuel, Diario de marcha a Rosario).Reproducimos a continuación del hombre de negocios inglés William Mac Cann algunos pasajes de su trabajo titulado “Viaje a caballo por las provincias argentinas” publicado en 1847, que permite conocer a través de una visión distinta el pasado moronense:
DOCUMENTO 5“Poco tardamos en llegar al pueblito de Morón, que tiene una pequeña iglesia; a eso delmediodía nos detuvimos en la casa de la posta. Allí  nos ofrecieron como único almuerzo, huevos duros y algunos tragos de agua.Por la tarde –habiendo reanudado el camino- dejamos atrás una arria de mulas que marchaba de regreso a su provincia distante seiscientas millas. Es costumbre entre los arrieros, descargar las bestias y con la misma carga formar un ancho círculo dentro del cual pastan en libertad los animales.Encienden un gran fuego, sobre el cual asan la carne, y duermen alrededor del fogón. Apenas habíamos pasado esta arría de mulas cuando encontramos un convoy de carretas de bueyes que se habían detenido para hacer noche; uno de los carreteros estaba degollando un animal para la cena, mientras los otros desuncían los bueyes y los dejaban comer libremente”.“Llegamos después a una pulpería donde nos detuvimos para tomar un refrigerio. La pulpería es una combinación de taberna y almacén adonde acude la gente de campo. La parte posterior de la casa daba sobre el camino y tenía un cuadrado abierto en la pared, protegido por barras de madera, a través del cual el propietario despachaba a sus clientes.Estos quedaban protegidos por un cobertizo. El enrejado de madera cerrábase  por medio  de una contraventana durante la noche.Tal el aspecto que ofrecen por lo general las pulperías en todo el término de estas pampas”. (Mac Cann, William, Viaje a caballo por las provincias argentinas).

La Parroquia de Morón estuvo a cargo del párroco José Valentín Gómez desde el 25 de enero de 1804. Contribuyó a la consolidación de la presencia religiosa en la villa, destacándose también en los episodios de la reconquista de Buenos Aires con las invasiones inglesas.
En la casa parroquial de Morón se reunieron entre otros Juan Martín de Pueyrredón y Martín Rodríguez para tratar los preparativos militares al mando de Don Santiago de Liniers, resultando de esa reunión la formación de una tropa de ochocientos paisanos de los pagos de Morón, Luján y Pilar que luego combatieron en Perdriel, localidad de San Martín.
A raíz de estos acontecimientos, el virrey Sobremonte en su huida pasó por Morón y en este pago fue el lugar donde se refugió el obispo de Buenos Aires, Benito Lué.
El pago de Morón estuvo representado en la Asamblea de 1813 por el cura párroco José Valentín Gómez.
Bartolomé Hidalgo, uno de los más destacados exponentes de la poesía gauchesca, escribió su obra literaria cuando estuvo afincado en Morón. Este oriental nacido en Montevideo había servido en la tienda de don Martín Artigas, lo que le permitió conocer a su hijo José Artigas y junto a él sumarse a la lucha por la independencia, participando frente a las invasiones inglesas y en 1811 en el ataque a Montevideo ocupada por los realistas. Esta participación le permitió ser nombrado administrador interino de correos, aunque poco tiempo después con motivo de la invasión portuguesa a la Banda Oriental emigró a Buenos Aires en 1818.
Instalado en Buenos Aires sus afecciones pulmonares lo impulsaron a instalarse en esta zona que ya se destacaba por su altura y bondades del clina, donde tiempo después se casó con Juana Cortina.
Durante la convalescencia desarrolló su obra literaria, destacándose los cielitos y diálogos patrióticos, donde en un lenguaje poético de estilo gauchesco narraba hacia 1821 y 1822 los episodios de nuestra guerra de la independencia. Los versos fueron el octasílabo de la métrica popular y su acompañamiento la guitarra campesina.
Bartolomé Hidalgo recorrió con sus versos y su guitarra los boliches de la zona oeste, siendo el primer gaucho que expresó sus sentimientos patrióticos  en coplas, las cuales también servían de danza de a cuatro, que se valseaba en forma de cadena por las parejas. También escribió obras teatrales unipersonales.
Avanzada su enfermedad, murió en Morón el 28 de noviembre de 1822 recibiendo los oficios religiosos y sepultura en la parroquia local.
Su obra más famosa fue el “Cielito patriótico para cantar las acciones de Maipú” (1818).
En 1784, Morón quedó constituido en partido al instituirse permanentemente la Alcaldía de la Hermandad la que fue la autoridad característica en el período colonial.
Había un alcalde por cada parroquia en la campaña bonaerense, considerándose partidos aquellos que tenían parroquia. El curato de Matanza y Las Conchas por su gran extensión llegaron a tener dos alcaldes, destinados a cada uno de los territorios inmediatos a cada parroquia. No indicaban distinción de territorio sino de residencia, pero la delimitación como partido llegó en 1812 utilizándose para ello el Camino de Burgos (actual Avenida Don Bosco).
Sin embargo fue el 22 de enero de 1822cuando asumieron por primera vez los jueces de paz en la campaña bonaerense sustituyendo definitivamente a los alcaldes de la Santa Hermandad, cuya autoridad quedó extinguida cuando se suprimieron un año antes los cabildos que los designaban. (2)

(2) Las autoridades civiles en Morón se diferenciaron según el período que se tratase. Siguiendo el criterio de varios autores podemos clasificarlas en cinco épocas:
Primera época: Alcaldes de la Santa Hermandad, designados por acuerdos del Cabildo desde el 1ro. De enero de 1766.
Segunda época: Jueces de Paz, designados por el Gobierno de la provincia de Buenos Aires por Decreto del 24 de diciembre de 1821.
Tercera época: Jueces de Paz y Presidentes de la Municipalidad, designados por la autoridad provincial por Ley 35 del 11 de noviembre de 1854.
Cuarta época: Presidentes de la Municipalidad, designados por la autoridad provincial por Ley 1730 del 11 de diciembre de 1884.
Quinta época: Intendentes, designados inicialmente por la autoridad provincial por Ley 2383 del 28 de octubre de 1890 y luego electos por sufragio. La primer intendencia recayó en el escritor Gregorio de Laferrere.